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viernes, 28 de noviembre de 2014

Vicio, vicio

Buenas a tod@s, soy Miguel Ángel Galán Fernández, a partir de ahora KEY, y para mí el Comunio se ha convertido en esto que os voy a explicar de manera sucinta...bueno, locurón permanente es lo que me pasa:

Ya lo decía la canción de Reincidentes por los años 90: “Sin vicio no puedo estar, vicio, vicio…, y es eso lo que me está sucediendo a mí desde hace unas semanas.
Reconozco que soy un ser ignominioso como decían es sus actuaciones los grandes de Faemino y Cansado en el Orgullo del Tercer mundo, pero no es precisamente por leer al existencialista Kierkegaard, con el que se te perdonaba todo…, yo estoy enganchado al COMUNIO, hasta las trancas.

Un juego que unos amigos me metieron en vena la temporada pasada y del que ahora no puedo salir. Bueno, que ya me gustaría a mí saberme las leyes tan bien como las características de todos los jugadores de la Liga.

El juego es sencillo, de los que te vician hasta la médula. Contratas a unos jugadores con dinero imaginario, especulas con ello, como si fueras un gran agente de bolsa de Nueva York, y luego planteas una táctica a seguir a lo Del Bosque para que un cronista del periódico deportivo AS, los puntúe según jueguen tus jugadores en la jornada de Liga. Sencillo, ¿verdad?, si, ¿un juego de niños?, también, pero me tiene atrapado.

Me paso las semanas intentando fichar y vender jugadores en los ratos libres que me deja el trabajo, a veces son demasiados. Me fustigo por no pujar en condiciones por delanteros de renombre, y me calmo cuando un tal Havenaar, delantero japonés del Córdoba, cae en mis redes.

Planteo desde el jueves la táctica a seguir, hablo imaginariamente con mis ayudantes, leo el foro del juego para saber si los Oráculos, gente que está muy metida en la actualidad de las plantillas de los equipos, comentan como se encuentran los futbolistas, como han entrenado y posibles onces a poner por parte de los entrenadores.

Descarto a primera hora del viernes a unos cuantos por motivos deportivos, y me quedo al final del viernes con un once tipo con el que voy a disfrutar, mejor dicho, sufrir como un cosaco el fin de semana.
Veo los horarios de los partidos en los que tengo jugadores en liza y si puedo los veo.

 Y el sábado, me encuentro, sobre las 16 horas de la tarde,  en el sillón de casa, viendo por el Ipad, un apasionante Celta Vs Almería con una tensión inusitada, rechine de dientes y enfurruñado porque el técnico de turno no cuenta con Soriano, medio del equipo andaluz que parece haber perdido la titularidad a pesar de su inteligencia en el juego y su gran llegada al área rival. Me encabrono con el entrenador y mal digo su suerte. Ahora voy con el Celta, que se joda Francisco, entrenador almeriense.

Pero no creas que me vuelco con el equipo vigués, sólo con el delantero centro que tengo puesto en mi once del COMUNIO,  Larrivey, un cazagoles, que cada vez que no está en el corazón del área para rematar le miro con cara de sádico y le grito: tenias que estar ahí Larry!!!!, como si el tío me fuera hacer caso.

Luego diviso en la banqueta de cambios a Soriano que se prepara para salir, y ahora en plan chaquetero, vuelvo a muerte con los rojiblancos. Deseo que haya en treinta minutos un sinfín de goles de Larrivey y Soriano…pero mi gozo en un pozo cuando el árbitro, dando sólo tres minutos de añadido, pita el final del encuentro con un mísero cero a cero.

Luego trago saliva, y veo otro partido en el que tengo un par de jugadores del Éibar. Mientras mis ojos vuelven a estar oprimidos por el ofuscamiento del juego que veo a través del Ipad, me pongo en manos del cronista del AS que puntúa las evoluciones de mis jugadores del encuentro anterior.

¡Por favor que no me ponga negativos!, pido en voz alta. Me conformo con un dos de Soriano y un seis de Larrivey por su gran movilidad arriba…
Estoy chinado, lo sé, pero es que me he viciado a tope.
Me paso el fin de semana viendo fútbol y hablando por el “Wassap” con los colegas del Comunio como si no hubiera otra cosa mejor que hacer…
¿Doy pena?, espero que no.

Espero volver a la normalidad de verdad, pero mientras tanto: ¡Viva y reviva el Comunio!.
Me piro a ver qué puntos he sacado esta jornada.


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